Cuando hay clase, algunos padres suelen subir a los niños a los autobuses escolares, dejándolos en manos de otras personas. Rezan para que los adultos encargados sepan mantener a salvo a sus pequeños.
Recibir una llamada sobre un accidente de autobús escolar es una pesadilla. Su primer pensamiento es la seguridad de su hijo. El siguiente es exigir responsabilidades. En medio del caos emocional, saber cómo responder puede resultar difícil.
Con suerte, su precioso alumno no está en urgencias. Incluso sin lesiones graves, solicite una evaluación a un médico pediatra. Lo más importante es que un examen exhaustivo verifique que no hay problemas ocultos. Además, deja constancia documental de la necesidad de atención médica.
Tome fotografías de las heridas durante todo el proceso de cicatrización. Esas instantáneas pueden servir como prueba ante un tribunal. También hay que estar atento a señales de problemas emocionales. Los niños que sufren traumas son vulnerables a dolencias psicológicas. Entre ellas están el insomnio, la ansiedad y la depresión. Los accidentes que provocan una conmoción cerebral puede provocar problemas de salud mental más tarde en la vida.
Conserva todas las comunicaciones de las autoridades educativas sobre el incidente. Es probable que reciba una carta explicando la versión oficial de los hechos. Otros padres pueden tener relatos que entren en conflicto con la información que contiene. Hable con ellos. Sus palabras podrían ayudar a justificar la presentación de una demanda.
Sepa cómo actuar si su hijo es víctima de un accidente de autobús. Las medidas que tome son esenciales para respaldar un argumento jurídico a favor de una indemnización.
2500 East Colorado Boulevard
Suite 350 Pasadena, CA 91107
Pasadena Law Office Mapa